Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
EVANGELIO DIARIO
13 de abril
Domingo de Ramos de la Pasión del Señor
“Domingo de ramos”. Desde hoy se nos invita a entrar en una semana de contemplación, como expectantes y a la vez parte de ésta historia que nos abraza y nos incluye.
Contemplar el misterio de la vida y el misterio de la muerte. Cosas inexplicables y hasta a veces repugnantes a nuestros sentidos.
Hoy estamos invitados a leer la Pasión como un reflejo de todo lo que se despierta en nuestras vidas ante situaciones límites. Leerla y apasionarnos. Tomémonos de la mano de Jesús y entremos a cada detalle. Vivámosla con él, que él nos lleve a abrir esos sectores de nuestra vida que quiere tocar, sanar, abrir, habilitar, para que vivamos con pasión también nuestra vida hasta el extremo.
14 de abril
Lunes Santo
El ambiente es duro: la decisión de darle muerte ya está, se busca el momento oportuno. Jesús está siendo buscado para ser arrestado. Y en éste contexto de persecución, Jesús recurre a los de su confianza… sus amistades. Allí se dan estos gestos de cuidado y cariño que Jesús recibe muy bien y deja que ese “perfume-que-refleja-amor” se derrame y llegue a todos los de la casa. Sin embargo, también en este espacio de intimidad hay gente que empieza a tener otros intereses… que cuestiona la gratuidad de María y siembra en otros la confusión que lo habita. Empieza a sospechar de la propuesta de Jesús… se le remueve su escala de valores.
Que dolor tomar conciencia que “estás perdiendo” a alguno de los tuyos más cercanos, sin embargo no te domina ese sentimiento de ser traicionado, sino la rectitud de conciencia de la misión encomendada.
15 de abril
Martes Santo
En medio de este contexto de traición, de pérdida de uno de los suyos, se contraponen los deseos de seguimiento y radicalidad de Pedro, el amor preferencial de Juan, el discípulo amado… Y en medio, Jesús sigue anunciando. Es un mensaje claro: de separación, de proceso que vendrá y luego de la negación de Pedro.
También nosotros a veces estamos rodeados de realidades contrapuestas y la Palabra de hoy es una invitación a mantenernos en el eje del seguimiento que trata de superar esas realidades pasajeras que a veces nos turban, perdemos la paz y la claridad.
16 de abril
Miércoles Santo
“Voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”. ¿Cómo te resuenan estas palabras dirigidas directamente a vos? Jesús que elige:
1. Ir a tu casa
2. Celebrar la Pascua allí
3. Va con sus discípulos.
Se llenó la casa. ¿Quiénes son los discípulos de Jesús de hoy que irían a tu casa? ¿Qué tipo de gente? ¿Qué Pascuas viviste en éstos tiempos que quiere celebrar? ¿Qué pasos de liberación diste (o Dios te posibilitó vivir) desde la Pascua anterior? ¿Qué motivos de celebrar? ¿quedan “cebollas de Egipto” que seguís llorando?
¿Qué sensación te da que venga a tu casa? ¿Cómo está? ¿quiero que venga?
Mañana empieza el triduo pascual y Jesús elige ir a tu casa. Qué buena imagen, ¿no?
17 de abril
Jueves Santo: Misa Vespertina de la Cena del Señor
Los amó hasta el extremo.. y ese amor lo expresa en lo concreto de estar, de compartir una cena, de ponerse al servicio, de explicar con paciencia el proceso.. amor en ese gesto educativo.
Hoy es el día del amor entregado… La palabra a continuación es su entrega en el Pan, se nos entrega en cuerpo y alma, entero. Todo él a nosotros.
Este día tiene varias invitaciones con formas distintas de estar con Jesús: entrar a la mesa de todos, donde él nos invita a estar; contemplar el servicio como camino de fraternidad; y estar cara a cara con Jesús Eucaristía.. Estar con él donde eligió quedarse: el Pan. Estar con Él en la noche de la soledad recalcitrante y fría. Experiencias de ayer y de hoy que fortalecen nuestro espíritu como seguidores de Él.
18 de abril
Viernes Santo de la Pasión del Señor
“¿A quién buscan?” pregunta de Jesús en ésta noche “que se respira muerte” y la misma pregunta que hace a las mujeres del sepulcro la mañana de resurrección. Pregunta que lleva a la toma de conciencia del porqué de las propias acciones cotidianas.
Jesús los enfrenta obligándolos a confrontarse con las propias búsquedas, motivaciones, sentidos. Su vida entera los hizo y nos hace confrontarnos con nuestras propias búsquedas, sea en noches como éstas, sea en las hermosas mañanas de resurrección…
Te invito a ser parte de este camino de cruz iniciando con ésta pregunta directa de labios de Jesús: ¿A quien buscás? (en tu vida) y después sí… Meditá y participá de la palabra como peregrino, como quien camina buscando algo… y Peregrino de esperanza… sabiendo que este camino no termina en la cruz, es parte, pero la supera. Contemplar a Jesús en este camino de cruz nos puede ayudar a vivir con sentido nuestros caminos de cruz y entrega.
19 de abril
Sábado Santo: Vigilia Pascual
Hoy es el día más grande, la noche más grande de todo el año, es la noche de la resurrección; después de toda esta preparación de la Cuaresma, de todo este tiempo en cual procuramos ir adentrándonos en este misterio grande de la pasión muerte y resurrección de Jesús, llegamos esta noche, en la cual este gran signo del cirio encendido irrumpe con su luz con su calor en ese templo que está como una señal de toda la humanidad y del corazón de cada uno de nosotros en plena oscuridad.
Pensemos en lo que las mujeres escuchan, “¿por qué buscan entre los muertos al que está vivo?; no está aquí ha resucitado”. Este anuncio resuena también en nuestros corazones aquí y ahora; la realidad es que Jesús ya no se encuentra entre los muertos, ni entre todos aquellos que se aferran a esta vida y a las cosas de esta vida y que por eso viven como muertos; Jesús vive en aquellos que por la fe creen en que él está vivo.
Por eso es la fe lo que vence al mundo; que nosotros creamos profundamente en esta presencia viva de Jesús más allá de lo que los sentido nos puedan decir, más allá de lo que nuestro propio sentimiento nos pueda reflejar.
20 de abril
Domingo de Pascua: Resurrección del Señor
Celebremos la Pascua con inmensa alegría y amor, porque Cristo ha resucitado. Hoy, Jesucristo ha vencido la muerte, el pecado y la tristeza, abriendo las puertas a la auténtica nueva vida que el Espíritu Santo nos concede como gracia. ¡Que nadie esté triste! Cristo es nuestra Paz y el Camino eterno. En palabras del Concilio Vaticano II (Gaudium et Spes 22), Él «manifiesta plenamente el hombre al mismo hombre y le descubre su altísima vocación».
El Evangelio de hoy nos presenta un gran signo: el sepulcro vacío de Jesús. Aquel que vive ya no está entre los muertos, porque ha resucitado. Los discípulos lo experimentaron vivo en un encuentro de fe maravilloso. El sepulcro vacío y las apariciones del Resucitado son pruebas significativas para la fe del creyente. Como dice el Evangelio: «Entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó» (Jn 20,8). En ese vacío, junto con la sábana de amortajar y el sudario doblado, el discípulo percibió pequeños signos de la acción divina y de la nueva vida. Es el amor el que permite captar lo que otros no ven, a menudo con pequeños gestos. El «discípulo a quien Jesús quería» (Jn 20,2) fue guiado por el amor que Cristo le había entregado.
21 de abril
Lunes de la Octava de Pascua
Y hoy lunes el Evangelio nos relata esta aparición de Jesús resucitado a las mujeres. Estas mujeres que habían ido al sepulcro, y al recibir la noticia que no estaba ahí, de que había resucitado, estaban desbordadas por el acontecimiento, alegres y con la intuición de que algo grande y bueno había sucedido. Pero así estaban cuando el Señor se les aparece, y entonces el Señor resucitado confirma el anuncio que habían hecho los ángeles. Es una experiencia irrepetible, seguramente, esa del encuentro de esas mujeres con Jesús resucitado.
Y el primer mensaje del Señor es: “No tengan miedo”. Esto que va a irnos repitiendo, en varias oportunidades en sus apariciones, a los discípulos y a todos aquellos con los cuales el Señor se encuentra. “No tengan miedo”, qué bueno es escuchar esto, dejemos que resuene en nuestro corazón.
Y después, el encargo de llevar a los apóstoles la buena noticia de su resurrección. Las mujeres tenían el corazón más abierto y estaban disponibles para recibir la buena noticia, a los apóstoles les va a costar un poco más, por eso las mujeres son los apóstoles de los apóstoles.